El corazón y su función
El corazón es una bomba
El corazón es un órgano muscular hueco que actúa como la bomba o motor que envía sangre poco oxigenada a los pulmones y sangre rica en oxígeno hacia los distintos tejidos del organismo. Consta de cuatro cavidades, las dos superiores se denominan aurículas y las dos inferiores ventrículos, derechas e izquierdas Por un lado (señalado en color azul), la aurícula derecha recibe la sangre poco oxigenada que le llega de todos los tejidos del organismo a través de las venas cavas. Desde la aurícula la sangre pasa al ventrículo derecho y cuando éste se contare la envía hacia los pulmones a través de las arterias pulmonares. Una vez oxigenada, la sangre vuelve (señalado en color rojo) desde los pulmones hacia la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares. Desde aquí pasa al ventrículo izquierdo y cuando éste se contrae, la sangre a la aorta desde donde se distribuye a los distintos tejidos del organismo.
Figura 1. Estructura del corazón y curso del flujo de sangre a través de las cámaras cardiacas.
Conducción de los impulsos eléctricos cardiacos
La capacidad del corazón para actuar como bomba que envía sangre a los distintos tejidos del organismo depende de su capacidad para generar rítmicamente impulsos eléctricos, que se propagan de manera rápida y ordenada a través de las aurículas y los ventrículos, a fin de que éstos se contraigan de forma sincrónica y eficaz.
La capacidad del corazón para actuar como bomba que envía sangre a los distintos tejidos del organismo depende de su capacidad para generar de forma rítmica impulsos eléctricos, que se propagan de manera rápida y ordenada a través de las aurículas y los ventrículos. En condiciones normales (Figura 1) , los impulsos que dirigen la actividad del corazón se generan en el nódulo seno-auricular (SA), una pequeña estructura denominada nódulo seno-auricular, localizado en la aurícula derecha. Esta estructura es la batería que genera impulsos (latidos) cardiacos a la frecuencia de 60-80 latidos por minuto (lpm). Los impulsos generados este nivel se propagan en primer lugar a la aurícula derecha y, después, a la izquierda, a una velocidad de 0.5 metros/segundo (m/seg). Al cabo de 30-50 milisegundos, el impulso cardiaco alcanza el nódulo aurículo-ventricular. A este nivel la conducción es muy lenta (0,01-0,05 m/se) , lo que permite que cuando las aurículas se contraen expulsen la sangre que contienen hacia los ventrículos; de esta forma, los ventrículos se rellenan completamente de sangre antes de contraerse. Desde el nódulo aurículo-ventricular los impulsos pasan al haz de His, que se bifurca en sus ramas derecha e izquierda que, a su vez, se ramifican en múltiples fibras de Purkinje, que establecen contacto con el músculo ventricular. El impulso cardiaco se conduce más rápido a través del sistema His-Purkinje (2-4 m/s) que a través del músculo ventricular (0.3-1 m/s). Esta rápida velocidad de conducción intraventricular tiene como objetivo permitir que ambos ventrículos se contraigan de forma rápida y sincronizada y expulsen un volumen de sangre adecuado hacia los pulmones (ventrículo derecho) y hacia el resto de los tejidos (ventrículo izquierdo).
Frecuencia y ritmo cardiaco
La frecuencia cardiaca indica el número de veces que el corazón late y se contrae en un tiempo determinado. Habitualmente se expresa como "latidos por minuto". Usted puede detectar cada latido del corazón cuando se toma el pulso.
El ritmo cardiaco se refiere a cómo se producen y qué cadencia tienen los latidos cardiacos, es decir, que el ritmo hace referencia a la regularidad del latido cardiaco. Denominamos "ritmo sinusal" al ritmo normal del corazón. Por el contrario, hablamos de "arritmia" cuando existe una alteración de este ritmo normal del corazón.
Figura 2. La frecuencia cardiaca y el ritmo del corazón. El ritmo se refiere a la regularidad del latido cardiaco. El ritmo normal, llamado sinusal, es regular. La frecuencia se refiere al número de latidos cardiacos por minuto; puede ser normal (entre 60 y 100 latidos cada minuto, aunque es distinta en cada persona), rápida (taquicardia) o lenta(bradicardia).
Fibrilación auricular: guía para pacientes. Mont LL, Guasch E, Pérez-Villacastín J. Publicaciones Permanyer, 2009
Definición de arritmia
¿Qué es una arritmia cardiaca?
Una arritmia cardiaca es una alteración en la frecuencia a la que late el corazón, ya sea porque se acelera o porque disminuye, o en la forma en la que se propagan los latidos cardiacos. Es decir, que una arritmia es un trastorno del ritmo al que late el corazón. Hablamos de bradicardia cuando la frecuencia cardiaca es menor de 60 lpm y de taquicardia cu ando el ritmo cardíaco está anormalmente acelerado en reposo (por encima de 100 lpm). Debemos señalar que en la mayoría de los pacientes la taquicardia o la bradicardia no son enfermedades por sí mismas, sino que son signos clínicos de alguna patología que presenta el paciente. De hecho, las arritmias aparecen con mucha frecuencia en pacientes que presentan enfermedades cardiovasculares, tales como angina de pecho, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o hipertensión arterial. En ocasiones el corazón genera un latido extra que denominamos "extrasístole"; extrasístoles aparecen en el 60% de los pacientes que ingieren café, tabaco, alcohol u otros estimulantes y en ancianos. El electrocardiograma (ECG) es la forma más sencilla y práctica de registrar la actividad eléctrica del corazón y de diagnosticar y evaluar el riesgo de cualquier arritmia.
Frecuencia a la que late el corazón
En condiciones normales, el corazón se contrae de forma rítmica y regular entre 60-80 latidos por minuto. Ello equivale a decir que el corazón late (se contrae) entre 86.400 y 115.200 veces al día. Sin embargo, el ritmo al que late el corazón cambia a lo largo del día, de tal forma que disminuye durante el reposo o el sueño y se acelera cuando se realiza un ejercicio o en situaciones de ansiedad, miedo o percibimos un peligro. De hecho, en p ersonas sanas o los ancianos pueden presentar una frecuencia < 50 latidos por minuto y en deportistas entrenados y adultos jóvenes sanos en reposo o por la noche la frecuencia cardiaca puede reducirse hasta los 30-40 latidos por minuto. Por el contrario, c uando una persona está realizando alguna actividad física habitual (como andar, conducir o ducharse), el corazón late dentro de un rango de normalidad que oscila entre 60 y 100 latidos por minuto.
Importancia de las arritmias
Las arritmias cardiacas son muy frecuentes en la población general y, con frecuencia, aparecen en pacientes que presentan enfermedades cardiovasculares muy frecuentes, p.ej. angina de peco, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o hipertensión arterial). Las arritmias representan una de las primeras causas de mortalidad.
Tipos de arritmias
Las arritmias pueden ser clasificadas de diversas formas.
Según la frecuencia cardiaca hablamos de:
- Taquicardias o taquiarritmias (cuando el corazón de un individuo en reposo se acelera por encima de 100 latidos por minuto) y
- Bradicardias o bradiarritmias (cuando el corazón late a una frecuencia menor de 60 latidos por minuto).
Las arritmias también se clasifican de acuerdo a su localización, es decir, según la zona del corazón donde se origina la arritmia. En este caso hablamos de:
- Arritmias supraventriculares cuando se originan en las aurículas o en cualquier estructura cardiaca situada por encima de los ventrículos;
- Arritmias ventriculares cuando se generan en los ventrículos. Estas últimas, son las más peligrosas y pueden poner en riesgo la vida del paciente, ya que casi siempre afectan a la capacidad del corazón para bombear sangre hacia el resto del organismo.
Síntomas causados por las arritmas
La sintomatología es muy variable, desde las que son asintomáticas y pueden pasar inadvertidas, sobre todo si se presentan de manera esporádica o durante el sueño. En este caso no suelen necesitar ser tratadas . Por el contrario, en ocasiones las arritmias producen síntomas, incluso en reposo, y obligan a un tratamiento agresivo por el riesgo de que puedan conducir a la muerte súbita del paciente (Ver "Muerte Súbita").
Los síntomas más frecuentes son mareos, fatiga, palpitaciones (se sientes los latidos cardiacos), sudoración, dolor torácico, falta de aire e incluso la pérdida de la conciencia. Generalmente, existe una buena correlación entre la intensidad de los síntomas y la gravedad de la arritmia. Por ello, se recomienda que todos las personas que detecten un pulso o frecuencia cardiaca fuera de los rangos normales acuda a su médico. La realización de un electrocardiograma permite determinar de forma rápida y sencilla las alteraciones del ritmo cardiaco por un cardiólogo.
Además, algunas arritmias (p.ej. la fibrilación auricular) pueden producir complicaciones muy graves, tales como la formación de coágulos sanguíneos (trombos) en el corazón que cuando se desprenden pueden viajar por el organismo (al trombo que se desprende y viaja desde un lugar en el cuerpo a otro se llama émbolo) y producir la obstrucción de una arteria, lo que puede producir una interrupción del flujo sanguíneo y del aporte de oxígeno a un determinado tejido, a la que denominamos isquemia. si la obstrucción tiene lugar en una arteria coronaria que irriga el corazón y dura un tiempo suficiente se puede producir la muerte de las células cardiacas de una determinada zona del corazón, es decir, un infarto de miocardio. Si la arteria que se obstruye es una arteria cerebral se produce un accidente cerebrovascular isquémico o infarto cerebral.
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