Tratamiento de las Arritmias Cardiacas

El objetivo en el tratamiento de las arritmias es restablecer el ritmo sinusal o normal del corazón, logrando con ello mejorar la calidad de vida e incluso prolongarla. El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de la arritmia. En algunos casos no se requiere tratamiento, aunque siempre es recomendable realizar cambios en el estilo de vida, com dejar de fumar y disminuir la ingesta de alcohol, cafeína y otros estimulantes. Tipos de tratamientos:

Ablación por radiofrecuencia

Esta es una técnica de tratamiento de diferentes tipos de taquicardias. Para ello se introducen (con anestesia local) a través de una vena una a más sondas pequeñas y flexibles (catéteres) que se colocan en el corazón utilizando imágenes de rayos X. Una vez en el corazón se intento localizar el origen de la taquicardia y se aplica a este nivel, mediante uno de los catéteres, una energía que produce calor (a veces frío). Ello permite destruir esa zona del corazón, creando una pequeña cicatriz, lo que permite que la arritmia cese. En pacientes en los que no hay alteraciones cardiacas (es decir, sin patología cardiaca de base), la ablación puede curar la arritmia sin necesidad de otro tipo de tratamiento.

Cardioversión/desfibrilación eléctrica

Consiste en aplicar una descarga eléctrica que produce la suspensión inmediata de cualquier arritmia tras lo cual se recupera el ritmo cardiaco normal (sinual). Está indicada en el tratamiento de la fibrilación auricular y en las arritmias ventriculares como la taquicardia ventricular o la fibrilación ventricular. La cardioversión eléctrica utiliza un dispositivo denominado desfibrilador. Para ello es necesario colocar parches de electrodos en la parte anterior y posterior del tórax, que se conectan al desfibrilador. Las paletas del desfibrilador se colocan en el pecho y a su través se aplica una descarga al corazón. Esta descarga interrumpe toda la actividad eléctrica existente del corazón y luego permite que retorne el ritmo cardíaco normal. En ocasiones es necesario aplicar varias descargas para recuperar el ritmo cardiaco normal.  

Cardioversión farmacológica

Consiste en administrar por vía intravenosa un fármaco antiarrítmico que en un tiempo variable es capaz de suspender la arritmia.

Desfibrilador automático implantable (DAI)

Son unos dispositivos similares a los marcapasos, que se colocan en la zona izquierda del pecho del paciente. Constan de un generador (que contiene una batería y el circuito encargado de liberar los impulsos eléctricos y recibir e interpretar los impulsos del corazón del paciente) y de unos cables que conducen los impulsos eléctricos desde el corazón al generador y a la inversa. La batería, que dura entre 5-8 años, cuenta con un condensador que acumula la energía que se va a descargar en el corazón. El DAI es capaz de detectar los episodios de taquicardia o fibrilación ventricular y cuando éstos se producen descarga un directamente sobre el ventrículo derecho que normalmente para la arritmia y así el al corazón recupera su ritmo normal. El DAI también puede, a veces, funcionar como un marcapaso en pacientes que presentan una frecuencia muy lenta de los latidos cardiacos (bradicardia). Además, el DAI permite almacenar datos sobre el ritmo cardiaco del paciente durante varas horas que podrán ser evaluados posteriormente por el cardiólogo.

Marcapasos

Es un dispositivo electrónico capaz de generar estímulos eléctricos de forma regular que van a estimular de forma regular el corazón. Cada vez que se emite uno de estos impulsos, el corazón se contrae y bombea la sangre a los tejidos. Los marcapasos son de tamaño muy reducido, se colocan (implantan) debajo de la piel, habitualmente a nivel de la clavícula y se conectan al corazón a través de un electrodo. La implantación de marcapasos es relativamente sencilla y se realiza con anestesia local. Existen múltiples tipos de marcapasos, y la indicación cada uno de ellos dependerá del tipo de arritmia y de la situación del paciente. Cabe destacar que los marcapasos actuales tienen una vida media que oscila entre 7 y 12 años, pasados los cuales deben cambiarse.

Fármacos antiarrítmicos

Son un grupo muy heterogéneo de sustancias que suprimen/previenen las alteraciones del ritmo cardíaco. Se prescriben al paciente con tres objetivos: 1) restablecer el ritmo normal del corazón. 2) Aliviar los síntomas del paciente (palpitaciones, fatiga, síncope) y prevenir las complicaciones (tromboembolismos, insuficiencia cardiaca), lo que se puede conseguir, tanto por suprimir o reducir la frecuencia de la arritmia, como por prevenir la reaparición, o recurrencia, de la arritmia; y 3) prolongar la supervivencia y reducir el riesgo de muerte súbita. Los fármacos antiarrítmicos siguen siendo el tratamiento de elección en la mayoría de los pacientes con arritmias. Sin embargo, son difíciles de manejar ya que en algunos pacientes son poco efectivos para controlar algunas arritmias cardiacas y pueden producir importantes reacciones adversas, lo que limita su administración en algunos pacientes. Por ello, su prescripción debe estar siempre bajo estricto control médico e inicialmente deberían ser prescritos por un cardiólogo experto en arritmias cardiacas. En la actualidad, los fármacos antiarrítmicos constituyen, junto a otras estrategias no-farmacológicas (desfibriladores implantables, marcapasos, ablación con catéter y quirúrgicas) la base del tratamiento de las arritmias cardiacas. Por último, debemos recordar que son muchos los pacientes sometidos a una ablación con catéter o portadores de un desfibrilador implantable que requieren, con frecuencia, la administración de fármacos antiarrítmicos para controlar las recurrencias de las arritmias.

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